Nuestra historia es un relato de esfuerzo, visión y profundo amor por el campo. Aunque la tradición ganadera de la familia de Toño se remonta a sus antepasados, el nacimiento oficial de Ganadería Montesinos-Cerezal como proyecto profesional tiene lugar en 1976, cuando Sergio Montesinos y Esperanza Cerezal unieron sus vidas y las pequeñas explotaciones heredadas de sus padres
Comenzaron con poco más de 10 cabezas, pero con una ambición clara: elevar la ganadería a un nivel de profesionalidad y calidad superior. Sergio Montesinos fue la fuerza motriz de esta transformación. No solo modernizó la explotación con la adquisición de maquinaria clave, sino que puso un enfoque pionero en la genética.
se especializó en la selección rigurosa de animales de alto valor, lo que rápidamente le llevó a centrarse en la Rubia Gallega. Gracias a esta dedicación y a la calidad constante de su ganado, la ganadería se ganó una sólida y respetada reputación entre los profesionales del sector en toda la comarca. Él demostró que la tradición no está reñida con la innovación y la búsqueda de la excelencia.
En 2017, Toño tomó el relevo, asumiendo la dirección de la ganadería. No obstante, este traspaso se ha realizado siempre de la mano de Sergio, quien sigue siendo una pieza esencial y una fuente inagotable de sabiduría y experiencia.
Bajo la visión de Toño, la ganadería ha continuado su crecimiento y profesionalización. Hemos logrado ampliar la cabaña hasta superar las 50 cabezas, garantizando siempre el equilibrio entre el crecimiento y el manejo extensivo. Un hito importante ha sido la dotación de una nave de cebo de terneros, que nos permite controlar todo el ciclo de vida del animal y asegurar los más altos estándares de calidad y bienestar desde el nacimiento hasta el final.
La verdadera clave de nuestro producto reside en nuestro manejo y en el entorno. Nuestro ganado vive en un régimen extensivo innegociable. Los animales disfrutan de un entorno privilegiado de alta montaña, alimentándose de pastos naturales durante gran parte del año. Esta vida de libertad, movimiento y alimentación pura no es solo una cuestión de ética, sino el factor determinante que confiere a nuestra Rubia Gallega su textura, su infiltración y su sabor característico.
Somos Ganadería Montesinos-Cerezal: la perfecta simbiosis entre el legado familiar, la profesionalización moderna y la pureza de la alta montaña. Tres generaciones dedicadas a que solo lo mejor llegue a tu mesa.